- Área: 692 m²
- Año: 2010
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Fotografías:Alejo Bague
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Ayuntamiento de Zarautz necesitaba ampliar su Haurreskola (escuela infantil) y decidió hacerlo aprovechando el segundo Plan-E para construir un nuevo edificio muy cercano al existente. El concurso se convocó en diciembre de 2009 y el edificio debía estar terminado doce meses después.
Este calendario tan apretado condicionó por completo el desarrollo del proyecto y la obra y fue, quizás, causante de que el edificio construido resulte tan naif como la propuesta que hicimos al concurso.
La parcela es un triángulo rectángulo, prácticamente isósceles, con un cateto alineado con la calle, otro con un futuro bloque de 8 plantas, y la hipotenusa orientada hacia el canal Abendaño, del que le separa una franja verde (aún sin ajardinar).
Como si se tratara de un juego infantil, dispusimos una pieza alargada sobre el cateto alineado con el futuro bloque, concentrando todos los espacios servidores, y a continuación el pasillo y las cinco aulas. Para adaptarnos a la parcela, una de las aulas de 1-2 años la giramos colocándola sobre la hipotenusa y otra la adelantamos dejando hueco para el espacio de usos múltiples, mientras las tres aulas de 0-1 años quedaban juntas en el centro. El resto del triángulo quedaba como zona exterior de juego y jardín.
Durante el desarrollo del proyecto, el Ayuntamiento quiso separar el espacio de usos múltiples y juntar las dos aulas de 1-2 años, lo que llevó a modificar la posición de la entrada.
El juego geométrico ingenuo de la planta tiene traducción volumétrica. Las aulas son piezas más altas con tejado inclinado a un agua y abiertas hacia la zona de juego, apareciendo como cajas sobre el resto, que se resuelve con cubierta plana.
Si la Haurreskola actual es gris con unos toques de color, tomamos esos colores para hacer de ellos el “material” con el que se construyen todas las fachadas del nuevo edificio.
Sin saber exactamente cómo las íbamos a construir, en el concurso planteamos las fachadas inspiradas en el motivo infantil de los lápices de colores. La premura de plazos y presupuesto condicionaba la traducción de esta idea a un sistema constructivo estandarizado. Finalmente, la proyectamos y construimos con lamas de aluminio lacado LUXALON 84 R, eligiendo seis colores de su reducida paleta para exteriores.
La lama colocada en vertical impone un “paso” de 100 mm que se extiende como pauta a todas las fachadas, modulando con precisión la disposición de los huecos. Los colores se disponen según una secuencia repetida que alterna lama blanca y lama de color, de manera que por delante de los huecos de las fachadas este y sur el paño de color se transforma en celosía vertical, suprimiendo las lamas blancas y dejando pasar las de color.
Las esquinas se resuelven con chapas de aluminio dobladas, de la misma anchura aparente en cada fachada que las propias lamas. Con este tratamiento uniforme de las fachadas, el volumen, aunque resultado de la suma de la cubierta plana y las cajas de cubierta inclinada, no se descompone en varias piezas, sino que se entiende como un todo, una “talla” realizada a partir de la masa de tiras verticales de diferentes colores.
Aunque el edificio no tiene carácter de “manifiesto sostenible” y es en este sentido de aspecto convencional, se trata de la primera obra que hemos desarrollado de principio a fin tomando como base la norma ISO 14.006 de ECODISEÑO.